En los últimos años se han propuesto a los insectos como el alimento del futuro, pero, ¿realmente son una alternativa de alimentación en la actualidad?
La entomofagia es el consumo de insectos por los seres humanos. La entomofagia se practica en muchos países de todo el mundo, pero principalmente en regiones de Asia, África y América Latina. La ingesta de insectos complementa la dieta de aproximadamente 2.000 millones de personas, y se trata de un hábito que siempre ha estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos.
Una de las muchas vías para abordar la seguridad de alimentos y piensos es a través de la cría de insectos. Los insectos están en todas partes, se reproducen rápidamente y poseen tasas elevadas de crecimiento y conversión de piensos, además de un reducido impacto ambiental durante su ciclo de vida. Son nutritivos, ya que contienen niveles elevados de proteínas, grasas y minerales.
Pueden criarse aprovechando diversos flujos de residuos, como los residuos de alimentos. Además, pueden consumirse enteros o molidos, en forma de polvo o pasta, e incorporarse a otros alimentos. El uso de insectos a gran escala como ingrediente en la composición de piensos es técnicamente viable
En el mundo hay más de 1.900 especies de insectos comestibles, los más utilizados en la producción de alimentos para humanos son grillos (Acheta domesticus), larvas de mosca soldado negra (Hermetia illucens) y gusanos de la harina (Tenebrio molitor). Para alimentación animal generalmente se utilizan los dos últimos.
Para humanos existe una gran cantidad de alimentos que contienen insectos como: barras de cereal, pastas, bebidas, cervezas, hamburguesas, golosinas para niños, “snacks” y también insectos deshidratados. Los cuales son producidos en países de Europa, Australia, Sudáfrica y Estados Unidos.
Para animales hay harina de insecto, alimentos concentrados y larvas deshidratadas o vivas. En varios países de Europa, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos e incluso en Chile existen industrias que procesan y comercializan harinas.
Los insectos están constituidos principalmente por proteínas y grasa, son inocuos, y algunos presentan propiedades funcionales, como péptidos antimicrobianos, lo que los hace ser una alternativa viable para la alimentación de humanos y animales.
La creciente población mundial ha generado un aumento en la demanda de alimentos de origen animal, incrementando la producción animal, lo que genera una alta presión sobre el medio ambiente, los recursos hídricos y la biodiversidad, contribuyendo al cambio climático. Por esto es necesario desarrollar nuevas estrategias para la producción de alimentos; se sugiere reducir el consumo de carne, desarrollar sistemas de producción sostenibles o cambiar las dietas, incluyendo alimentos que requieren menos recursos para producirlos.
La producción de insectos se considera una estrategia viable que podría convertirlos en los alimentos del futuro, tanto para humanos como animales. Sin embargo, a pesar de los beneficios ambientales, nutricionales y sociales del uso de insectos en la dieta humana, en los países occidentales se rechaza la idea de consumirlos, por razones culturales y por considerarlos desagradables y nocivos.
Otros aspectos que hacen dudar del uso de insectos para alimentar animales y humanos es el tema legislativo y si realmente se pueden producir a gran escala para satisfacer la alta demanda.
OPCIÓN A FUTURO
La población humana actual de 7.900 millones de personas crecerá a un total de 9.700 para el año 2050, lo que genera una mayor necesidad de producción de alimentos. Actualmente las tierras disponibles para la expansión de la agricultura y la ganadería no son suficientes, los modelos de ganadería intensiva generan entre un 15 a 26% de las emisiones de gases con efecto invernadero que son una de las causas del calentamiento global, reducen la biodiversidad y utilizan muchos recursos hídricos.
Por otra parte, los factores externos como la contaminación del suelo y del agua debida a la ganadería intensiva y el sobrepastoreo están provocando la degradación de los bosques, lo que contribuye al cambio climático y a otros impactos ambientales destructivos. Debemos investigar soluciones para estos problemas y ponerlas en práctica.
Todos estos son obstáculos que se presentan a la hora de satisfacer los alimentos requeridos por la población y animales. Por tanto, es necesario buscar alternativas que permitan satisfacer la futura demanda de alimentos. En respuesta a estas necesidades han surgido con fuerza la crianza y producción de insectos para consumo humano y animal.
LOS INSECTOS NO SOLO SON ALIMENTO
Los insectos tienen otras funciones importantes y útiles más allá de las alimentarias:
- Los insectos son importantes proveedores de servicios ecosistémicos. Por ejemplo, los insectos desempeñan un papel importante en la polinización, el control biológico y la descomposición de basura orgánica.
- Se está comprobando la capacidad de los insectos para reducir el estiércol, como el generado por los cerdos, y para mitigar los malos olores.
- Las larvas de las moscas pueden utilizarse para convertir el estiércol en fertilizante y proteínas consumibles.
- Los insectos han inspirado la innovación humana durante muchos años. El biomimetismo, que aprovecha las características de los procesos y organismos naturales para desencadenar la innovación, ha utilizado las prestaciones de las colmenas de abejas, las telas de araña y los termiteros para inspirar el diseño de diversos productos y procesos.
- Los insectos forman parte de la medicina tradicional desde hace miles de años. Por ejemplo, las larvas de mosca se utilizan para limpiar tejido muerto en heridas, y los productos derivados de la abeja, como el propóleo, la jalea real y la miel se utilizan por sus propiedades curativas.
- El color natural de los insectos ha sido explotado por distintas culturas durante siglos. Por ejemplo, los aztecas utilizaban el color rojo producido por la cochinilla (carmín), y este insecto sigue utilizándose hoy en día como colorante alimentario natural, en cosméticos y como tinte.
- La seda, un producto que se obtiene del gusano de seda, lleva siglos utilizándose como un tejido suave aunque extremadamente resistente y duradero.
PERFIL NUTRICIONAL DE LOS INSECTOS
Según la FAO, los insectos más consumidos por humanos son: escarabajos, orugas , abejas, avispas y hormigas, saltamontes, langostas y grillos, cigarras, fulgoromorfos, saltahojas, cochinillas y chinches, termitas, libélulas y moscas. Los insectos se consumen de forma entera, triturada o como harina, esta última es la más utilizada para adicionar en alimentos para humanos y dietas para animales.
Entre las harinas de insectos más estudiadas y utilizadas como reemplazo proteico, en alimentos para humanos se encuentran el grillo doméstico (Acheta domesticus), las larvas de moscas soldado negro (Hermetia illucens) y los gusanos de la harina (Tenebrio molitor).
Los componentes nutricionales principales en los insectos son proteínas y grasas, seguidas de fibra, nitrógeno no proteico y cenizas, y la composición depende del tipo de insecto, la etapa de crecimiento y la alimentación de los insectos.
Las proteínas representan el componente principal en la composición nutricional de los insectos y su contenido es alto y variable. La digestibilidad de las proteínas se encuentra entre 78-98%. Los insectos tienen aminoácidos de buena calidad y son ricos en aminoácidos esenciales. Los principales aminoácidos que contienen son:
- Para el orden Lepidóptera, Ortóptera, Coleóptera y Diptera: los ácidos glutámico y aspártico, fenilalanina y alanina.
- Para el orden Hemiptera: prolina, leucina, tirosina, alanina, valina y metionina.
- Para el orden Hymenoptera: ácido glutámico, leucina y alanina.
Al comparar el perfil de aminoácidos de los insectos comestibles con los requisitos de aminoácidos para adultos publicados por la Organización Mundial de la Salud, se observa que gran parte de los insectos comestibles cumplen con los requisitos de metionina, metionina + cisteína, fenilalanina y tirosina.
Comparando el perfil de aminoácidos de los insectos con alimentos para animales, son similares a las harinas de carne. Al compararlos con la harina de pescado, ninguna de las especies estudiadas de insectos tiene un nivel de lisina superior al pescado.
En relación a las propiedades tecnológicas de las proteínas de insecto, se ha descrito que son altamente solubles, pueden formar emulsiones, tienen la capacidad de absorber agua y de formación de gel.
La grasa representa el segundo componente más importante de los insectos, el contenido es más alto en estadios larvales y pupales que en la etapa adulto del insecto.
- Ácidos grasos saturados: varía de 31 a 42%, siendo los principales el ácido palmítico y esteárico.
- Ácidos grasos mono-insaturados: varía entre 22 a 49%, siendo el principal el ácido oleico, presente en todos los insectos.
- Ácidos grasos poli-insaturados: entre 16-40%, siendo los principales el ácido linoleico, linolénico y araquidónico. La principal diferencia entre los insectos terrestres y acuáticos es la presencia de ácido eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA) y la ausencia de araquidónico.
- Los insectos no pueden sintetizar colesterol de novo, contienen aproximadamente 0,1% de colesterol que lo obtienen a través de su dieta y que varía según su estadio de desarrollo.
El rango de fibra cruda es ampliamente variable, desde un 29% en algunas especies a un 0,12% . La quitina es uno de los componentes más importantes del exoesqueleto de los insectos, es un polisacárido considerado como fibra.
- El contenido de extracto no nitrogenado varía entre un 5% hasta un 77% .
- El contenido en carbohidratos es bajo, están representados principalmente por la quitina y glucógeno.
Las cenizas de los insectos varían entre un 3% y un 26%. Los insectos presentan en su exoesqueleto altas cargas de minerales como calcio y fósforo, algunos presentan más hierro que la carne bovina. Por lo que se ha propuesto que el consumo de insectos podría disminuir la deficiencia de hierro, cobre y zinc en países sub-desarrollados.
En cuanto a las vitaminas, se ha descrito que los insectos son ricos en riboflavina, ácido pantoténico, biotina y tiamina. Algunas especies también son ricas en ácido fólico. La vitamina B12, que se obtiene únicamente de alimentos de origen animal, está presente en diferentes especies de insectos. En el caso de pigmentos antioxidantes, algunos presentan altas cantidades de zeaxantina y b-carotenos en su exoesqueleto.
La alta variabilidad entre los distintos componentes nutricionales de los insectos se explica por diferencias entre especies y el estado de desarrollo, ya que existen grandes diferencias entre los distintos estadios como huevos, larvas, pupas y adultos. También influye la alimentación que reciben y la forma de crianza, ya que difieren si fueron recolectados en condiciones silvestres o fueron criados en mini-granjas.
APLICACIONES EN ALIMENTACIÓN HUMANA
La FAO ha estimado que la entomofagia, es seguida por alrededor de 2 mil millones de personas en el mundo, principalmente de Asia, América Central y África. Los insectos pueden ser consumidos en todas las etapas de crecimiento (huevos, larvas, pupas y adultos) y la mayoría de ellos se recolectan desde la naturaleza. Se describe que un total de 2.037 especies de insectos se consumen alrededor del mundo.
En los países occidentales, la mayoría de la población rechaza la idea de consumir insectos, por razones culturales y por considerarlos desagradables y nocivos. Así, la aceptación de los consumidores, además del obstáculo legislativo sigue siendo una de las mayores barreras para incluir a los insectos en muchos países occidentales.
A raíz del informe de la FAO “Insectos para alimentar al mundo” ha habido un cambio de opinión en considerar a los insectos como el alimento futuro. Algunos países europeos han regulado la producción de alimentos en base de insectos a partir del 1 de enero del año 2018, denominándolos como “Novel Foods”.
Los insectos comestibles se comercializan en varios formatos:
Enteros y deshidratados, molidos o como harinas. Existen alrededor de 133 compañías, principalmente de Europa, Asia del Sur y América del Norte, que comercializan productos alimenticios de insectos para consumo humano.
Los principales alimentos en base a insectos que se comercializan son:
Distintos tipos de pan, pastas como curry, salsas, golosinas para niños, paté, barras energéticas, bebidas con y sin alcohol, galletas, tortillas de maíz, pastas, hamburguesas y salchichas. Contienen en cantidades variables desde 1 a 25% aproximadamente de harinas de insectos, siendo los más usados grillos, seguido de larvas de mosca soldado negra y gusanos de la harina.
Debido a sus altos niveles de proteínas y aminoácidos bien equilibrados, los insectos han atraído la atención como ingredientes alimenticios para suplementos para deportistas, niños y personas vegetarianas. Se ha descrito que el consumo de insectos aumenta la concentración sanguínea de aminoácidos esenciales, los aminoácidos de cadena ramificada y la leucina a niveles similares a la proteína de soya, sin embargo, la digestión de este alimento es más lenta.
La medicina tradicional china indica que el consumo de insectos puede ser beneficioso para la salud humana y se ha descrito en la literatura que existen diversos péptidos bioactivos que tienen propiedades antioxidantes, antitumorales y antifúngicas. Sin embargo, aún falta mayor investigación para corroborar estas propiedades.
Se han desarrollado diversas tecnologías para transformar a los insectos en ingredientes, destacándose el secado en estufa/horno y la liofilización. Un tratamiento importante de realizar previo al secado de los insectos es el escaldado, que se utiliza como pre-tratamiento para reducir la contaminación microbiológica e inactivar enzimas responsables de la descomposición.
La tecnología más utilizada para aumentar la vida útil de los insectos es el secado, sin embargo, esta presenta ciertas desventajas como: alteraciones funcionales de las proteínas, oxidación de lípidos y variaciones en el color. La liofilización también se ha usado para tratar los insectos, logrando reducir la acción microbiana y la degradación oxidativa.
Esta alternativa es muy costosa a nivel industrial. Se ha descrito que los tratamientos que aportan calor y deshidratan las larvas de insectos son suficientes para asegurar una inocuidad aceptable para el consumo de insectos por parte de las personas.
APLICACIONES EN ALIMENTACIÓN ANIMAL
El uso de insectos para alimentación animal data desde hace mucho tiempo. En los últimos años ha aumentado significativamente la investigación en esta área, publicándose 518 artículos científicos en el año 2019.
En la actualidad en varios países se han instalado industrias que elaboran alimentos en base a insectos para diversas especies animales. La harina de insectos es el producto más producido, pero también la harina de insecto desgrasada, que se caracteriza por un mayor contenido de proteína (alrededor del 60% de materia seca). Otro producto que ha aumentado su producción son los aceites de insectos, que presentan una alta concentración de ácido láurico, oleico, palmítico y linoleico. También se producen larvas deshidratadas y vivas.
La crianza de insectos se realiza en un sistema denominado como mini-granjas, que consiste en colocar insectos en etapa larvaria dentro de diversos contenedores, los cuales contienen un sustrato como alimento (productos orgánicos como heces, residuos agroindustriales, subproductos de plantas faenadoras y otros).
Las larvas de insectos pasan por diferentes etapas de crecimiento y, dependiendo de la especie, pueden tardar días a semanas en estar en un punto óptimo para su recolección y procesamiento. El producto final que se entrega a los consumidores suelen ser larvas frescas, larvas deshidratadas o harina de larvas.
Los insectos más utilizados para alimentación animal son larvas de mosca soldado negro y las larvas del gusano de la harina. La investigación se ha centrado fuertemente en alimentación de peces como la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), dorado (Sparus aurata) y la tilapia (Oreochromis niloticus L.), debido al alto precio de la harina de pescado.
Los estudios mostraron que es posible el reemplazo parcial de la harina de pescado por harina de insectos sin comprometer el rendimiento y la calidad del producto. A partir del año 2017, los reglamentos de la Unión Europea permiten que la harina de larva de mosca soldado negra se utilice en la alimentación de especies acuáticas.
En animales terrestres las harinas de insecto también se han usado como reemplazo de concentrados proteicos de origen vegetal, como la harina de soya y harina de pescado. Los porcentajes de inclusión de las harinas de insectos son variables y para aves van desde el 1 al 28%, sin observarse alteraciones en el rendimiento de los animales ni en las características organolépticas de la carne.
En el caso de las gallinas ponedoras no se han descrito efectos negativos sobre la producción de huevos y calidad de cáscara.
Existen pocas publicaciones a la fecha que hayan utilizado harina de insectos en la alimentación de cerdos. Se describió que la harina de larva de mosca soldado negro es un ingrediente adecuado para la etapa de crecimiento de lechones, debido a su alto contenido de aminoácidos, lípidos y calcio y no tuvo ningún efecto negativo en la calidad de la carne.
Es importante destacar que algunos autores han descrito que no es posible realizar una sustitución completa de las fuentes proteicas en animales monogástricos, debido a la alta concentración de quitina de los insectos, la cual no es energéticamente aprovechable.
La investigación sobre alimentación a base de insectos para rumiantes es menos escasa. También se ha utilizado la harina de insectos para alimentar animales salvajes, como cocodrilos y mascotas exóticas como erizo de tierra, tortugas de agua, y otros.
En mascotas se ha usado la proteína de insectos para dietas hipoalergénicas de gatos y perros.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL USO DE INSECTOS EN LA ALIMENTACIÓN
VENTAJAS:
- Los insectos son alternativas saludables y nutritivas a los alimentos cárnicos básicos. Muchos insectos son ricos en proteínas y grasas buenas y altos en calcio, hierro y zinc.
Producen menos gases de efecto invernadero que el ganado (según la FAO, los cerdos producen entre 10 y 100 veces más gases por kilogramo de peso que las moscas soldado negras). - Las emisiones de amoníaco asociadas a la cría de insectos también son mucho menores que las del ganado convencional, como los cerdos.
- Tienen una alta eficiencia de producción (según la FAO, los insectos pueden convertir 2 kg de alimento en 1 kg de masa de insecto, mientras que los bovinos requieren 8 kg de alimento para producir 1 kg de aumento de peso corporal.
- Los grillos necesitan 12 veces menos alimento que el ganado, 4 veces menos que las ovejas, y la mitad de alimento que los cerdos y los pollos de engorde para producir la misma cantidad de proteínas.
- Los insectos pueden alimentarse de residuos biológicos como residuos alimentarios o de origen humano, abono y estiércol, y pueden transformar estos residuos en proteínas de alta calidad, que a su vez pueden utilizarse como piensos.Utilizan menos agua y tierra que el ganado tradicional.
- La cría de insectos no es necesariamente una actividad terrestre. Los principales requisitos son alimento y agua.
- La cosecha y la cría de insectos requieren de inversiones de baja tecnología y capital. Los insectos pueden procesarse como alimento para humanos y animales con relativa facilidad.
- Tienen un riesgo reducido de transmisión de enfermedades zoonóticas, en comparación a los alimentos de origen animal.
- La recolección y la cría de insectos pueden generar oportunidades empresariales en las economías desarrolladas, en fase de transición y en desarrollo.
DESVENTAJAS:
- La legislación es escasa para los productos en base a insectos, en muchos países no aparecen en los Reglamentos de Alimentos.
- Una gran parte de la población rechaza el consumo de insectos.
- Patógenos tales como Salmonella, Campylobacter o E.coli pueden contaminar alimentos con insectos no procesados.
- Las personas alérgicas a los crustáceos pueden ser susceptibles de ser alérgicas a los insectos, por lo que debería etiquetarse en el envoltorio que los insectos pueden causar alergias.
- Es posible que algunos contaminantes estén presentes en los insectos. Sin embargo, se desconocen cuáles son y en qué cantidades, por lo que se requiere mayor investigación.
La cría de insectos como mini-ganadería ofrece grandes oportunidades para aumentar la oferta de alimentos para animales, sin poner en peligro las poblaciones de insectos silvestres.
Actualmente la cría de insectos se realiza en granjas y se destina a mercados específicos, pero resulta más costosa que la producción de fuentes tradicionales de proteínas para alimentación animal, como la harina de soya. Sin embargo, en la medida que la producción se tecnifique y se realice en mayor escala, estos costos pueden disminuir.
MARCO LEGAL EN LA ALIMENTACIÓN CON INSECTOS
Los insectos y los productos alimenticios a base de insectos han entrado en el mercado europeo, llevando consigo problemas de seguridad y la necesidad de establecer un nuevo marco legal.
El consumo de insectos criados en masa puede presentar riesgos químicos y microbiológicos, y también representan un peligro para una subpoblación de personas alérgicas, ya que se ha descrito que el consumo de insectos pueden generar reacciones de hipersensibilidad.
Todos los productos a base de insectos se consideran en la categoría de “Novel Foods” y se rigen por la normativa de la UE 2015/2283, según la cual se necesita una solicitud específica a la Comisión Europea, seguida de una evaluación científica de la “European Food Safety Authority” (EFSA), antes de que el producto se comercialice.
El reciente Reglamento de la UE 2017/893, del 1 de julio de 2017, permitió incluir una lista de siete especies de insectos en la formulación de alimentos para la acuicultura. Anteriormente, no se permitía la adición de ningún insecto a ningún alimento para animales de granja, debido al riesgo de enfermedades derivadas de priones.
Con el fin de garantizar calidad y seguridad en los productos alimenticios basados en grillos destinados a humanos, muchas empresas han implementado sistemas de calidad ISO 22.000 junto con un programa HACCP, éste tiene en cuenta todas las etapas de producción, desde la cría de los insectos hasta el producto terminado.
Los insectos se controlan regularmente para detectar la presencia de micotoxinas y contaminantes como metales pesados (plomo y cadmio) y pesticidas. La aceptabilidad de los lotes referido a los criterios microbiológicos se basa en el Reglamento Nº 2073/2005, actualizado por el Reglamento (CE) Nº 1441/2007.
CONCLUSIONES
El consumo de insectos es una práctica común en el mundo, que se ha expandido enormemente en la última década, debido al aumento de las industrias que producen y comercializan distintos tipos de alimentos en base a insectos con altos estándares de calidad para humanos y animales.
Las ventajas del consumo de insectos radican en sus bondades nutricionales, como poseer un alto aporte proteico con aminoácidos de buena calidad y ser alimentos sostenibles. En relación a su uso para alimentación animal, la harina de insecto se adiciona actualmente en dietas para peces, animales productivos y mascotas, como reemplazo de la harina de soja o pescado.
Por lo tanto, los distintos tipos de insectos son una buena alternativa para alimentar humanos y animales. Sin embargo, se requieren más estudios y tecnificación de su producción para que se conviertan en ingredientes de costo similar a los concentrados proteicos de uso común y se masifique.
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